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un punto de partida pre-pandemia, ya que recién a mediados de marzo se declaró el estado de emergencia
              nacional con cuarentena estricta, y pocas de las observaciones correspondientes al primer trimestre fueron
              recogidas después del 16 de marzo. Además de las brechas de género, cada gráfico permite apreciar también
              los cambios trimestrales en los indicadores elegidos para hombres por separado y para mujeres por separado,
              lo que permite evaluar cuál de ambos grupos, y bajo qué circunstancias, sufrieron los impactos más fuertes.


              a.    Efectos de la pandemia en las actividades laborales a nivel individual

              Los gráficos N° 1 al 6 presentan los resultados a nivel individual en participación laboral, categoría ocupacional,
              informalidad y número de horas trabajadas por semana.

              En el gráfico N° 1 se aprecia la tremenda magnitud que tuvo el estallido de la pandemia en el empleo de los
              peruanos. A nivel nacional, tanto hombres como mujeres adultas principales sufrieron una caída de alrededor de
              26 puntos porcentuales con respecto de los niveles que experimentaban pre-pandemia. Considerando que la caída
              fue similar, la brecha de género en participación laboral (de alrededor de 20 puntos porcentuales) se mantuvo
              constante. El mensaje más importante de este cuadro, sin embargo, no tiene que ver con la imposición de la
              cuarentena sino con el efecto causado por el progresivo levantamiento de la misma. En efecto, si consideramos
              la columna correspondiente al tercer trimestre veremos que los niveles de empleo masculino experimentaron
                                                            GRÁFICO N° 1
              una recuperación mucho mayor (22 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre) que los niveles
                                     PERÚ: PARTICIPACIÓN LABORAL DE JEFES Y CÓNYUGES POR TRIMESTRES,
              de empleo femenino (solo 14 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre). Como consecuencia, el
              periodo de paulatina reactivación económica empeoró la brecha de género en empleo.
                                                          2020 (Porcentaje)
                                                         GRÁFICO N° 1
                          PERÚ: PARTICIPACIÓN LABORAL DE JEFES Y CÓNYUGES POR TRIMESTRES, 2020
                                                          (Porcentaje)


                                       Brecha             27,8
                                       Mujeres
                                 Tercer  trimestre  Hombres           49,1             76,9
                                        Total                                 62,4
                                       Brecha       19,3
                                       Mujeres
                                 Segundo  trimestre  Hombres  35,5       54,8
                                        Total                       44,7
                                       Brecha         20,6
                                       Mujeres
                                 Primer  trimestre  Hombres                  60,9         81,5
                                        Total                                      70,6
                               Resultados ponderados por el factor de expansión de empleo e ingresos.
                               Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática - Encuesta Nacional de Hogares 2020, trimestres I, II, y III.


              El gráfico N° 2 ilustra los resultados a nivel individual en participación laboral, con desagregaciones según área
              urbana o rural, etnicidad (capturada con lengua materna indígena), jefatura de hogar, y parentalidad. Una
              observación inicial e importante es que, al margen de la categoría de diferenciación, la brecha de género se
              incrementa en el tercer trimestre, es decir, a las mujeres les está costando más recuperarse de los estragos de
              la pandemia. Una mirada a las distinciones por zona rural y urbana (panel a) revela que lo sucedido en las áreas
              urbanas se parece en magnitud y dirección a lo sucedido en el promedio nacional, mientras que en las áreas
              rurales la caída del empleo fue mucho menor. Esto se explica porque las actividades agrícolas fueron consideradas
              esenciales y no fueron suspendidas durante la cuarentena. Es clave notar, no obstante, que aunque la caída del
              empleo en áreas rurales fue menor que a nivel nacional y urbano, ya no fue uniforme para hombres y mujeres,
              sino mucho más fuerte para las mujeres. La pérdida de empleo femenino en el segundo trimestre fue casi tres
              veces más grande que la pérdida de empleo masculino.



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