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3.3 Características Socioeconómicas
En este acápite se examinarán los indicadores de dos características de los productores agropecuarios: su nivel educativo y su participación en la actividad económica a nivel nacional y de la región a la que pertenecen.
Según la información proporcionada por la ENAHO 98-IV, se observa que existe un importante 16.4% del total de los productores agropecuarios independientes, sin ningún nivel educativo y la mayor concentración de esta población se encuentra en la Sierra, sin mayores diferencias en sus tres sub-regiones. Ellos constituyen la población agropecuaria analfabeta del país. Es en la Sierra Sur 21.7% y en la Sierra Centro 20.7% donde se encontró las mayores proporciones de analfabetos de ambos sexos.
Sin embargo, cabe destacar que el nivel de analfabetismo de esta población, ha decrecido en cuatro puntos porcentuales con referencia a los datos registrados por el III Censo Nacional Agropecuario que daba el 20.4% de analfabetismo a nivel nacional.
Casi dos terceras partes de este sector de la población nacional solamente han estudiado algún año de educación primaria, así lo refleja el 39.1% de productores agropecuarios con primaria incompleta registrados por la ENAHO 98-IV. Es preciso destacar que esta característica educativa, es semejante para todos los productores del país. (Cuadro 3.6).
Comparando esta información con los datos del III Censo Nacional Agropecuario, se aprecia un leve incremento en éste nivel educativo y no así en la primaria completa donde los valores son prácticamente los mismos en ambos períodos.
En cuanto a la educación secundaria, se observa un incremento de tres puntos porcentuales en relación al III CENAGRO, no así en lo que es la educación superior, la que apenas registra un valor del 3.5%, algo menor que el registrado por el III CENAGRO que daba 4%.
A manera de síntesis, se puede decir que el analfabetismo de los productores agropecuarios independientes, es relativamente mayor al que se registra para la población nacional, que actualmente es 7.9% según los datos de la ENAHO-98-IV18 Aunque éste ha mejorado en relación a los datos del CENAGRO, como se vio anteriormente. Además, debe destacarse que los productores agropecuarios independientes más educados, se encuentran en la Costa Centro y representan al 11% de éstos en la sub-región. según lugar de residencia.
Para conocer la condición de alfabetismo, tanto de aquellos que no asistieron a ningún centro educativo, como de los que fueron sólo uno o dos años a la escuela, vale decir a quienes están en las categorías de, "sin educación y primaria incompleta", en la ENAHO 98-IV, se les preguntó si sabían leer y escribir, dado a que entre la población con bajo nivel educativo es frecuente el analfabetismo funcional, por desuso de ésta habilidad.
Así se encontró que a nivel nacional el 48.7% no saben leer ni escribir y es en la Sierra Sur 54.6% y en la Sierra Centro 53.2%, donde se concentran las mayores proporciones de ellos, debido al poco uso de las habilidades y conocimientos que proporciona la lectura y la comunicación escrita. Siendo algunos entrevistados jóvenes, entre los 14 y 24 años, se les preguntó además, si al momento de la encuesta, asistían a algún centro de enseñanza regular. El resultado fue que apenas el 0.3% del total nacional de estos productores agropecuarios independientes, acudían regularmente a un centro educativo y que en la sub-región de la Costa Centro, este valor subía al 1.8%. (Cuadro 3.7)
Por su parte, la información censal señala un menor porcentaje de productores agropecuarios que no sabe leer y escribir 22.2% de los cuales el 12.5% son varones y el 9.7% son mujeres y generalmente en ambos casos son los mayores de 65 años.19 18 "Características Educativas de los Hogares 1998. Encuesta Nacional de Hogares 1988 IV. Colección Estudios e Investigaciones. Separata p. 3. Programa MECOVI - PERU. 1999 19 III Censo Nacional Agropecuario 1994. Cuadro 6, p. 217 INEI.
A los productores agropecuarios entrevistados, de ambos sexos y mayores de 14 años, se les preguntó si la semana anterior estuvieron realizando como actividad principal o secundaria, algún tipo de trabajo, sin contar los quehaceres del hogar. Se encontró que del total de ésta población a nivel nacional, el 93.7% se dedicaba a algún tipo de actividad agropecuaria. En todas las sub-regiones de la Sierra y en la Selva, los porcentajes fueron los más elevados, mientras que en las sub-regiones de la Costa estos son algo menores. A Lima Metropolitana le correspondió 64%, el más bajo porcentaje, lo cual es comprensible, si se tiene en cuenta, la mayor diversidad y oportunidades de trabajo existentes aquí susceptibles de compatibilizar con la actividad agropecuaria. (Cuadro 3.8)
durante la semana anterior a la entrevista.
En este acápite, se hace referencia al tipo de actividad preponderante que realizaron los productores agropecuarios independientes, la semana anterior a la aplicación de la encuesta. Existe una gama de posibilidades al respecto. Pueden ellos ser principalmente productores agricultores, ganaderos, o forestales o una combinación de ellos. Pueden también ser también, peones agrícolas, comerciantes de productos agropecuarios o ser agroindustriales dedicados a la transformación de determinados productos agrícolas, pecuarios o forestales.
Los datos de la ENAHO 98-IV muestran que a nivel nacional la mayoría esto es, el 70.6% de los productores agropecuarios independientes, se desempeñan en ocupaciones agrícolas y pecuarias, lo cual revela una característica importante de estos productores en el país, donde prácticamente no existen agricultores o ganaderos como ocupaciones exclusivas. Al respecto se puede decir que, se ha encontrado un 4.7% de trabajadores dedicados únicamente a la actividad pecuaria. Mediante la encuesta se ha detectado, en muy pequeña proporción la presencia de productores forestales así como de otras ocupaciones agropecuarias, como peones y comerciantes agropecuarios.
La ENAHO 98-IV registra además a un 18% de trabajadores agrícolas calificados, ingenieros, técnicos, que pueden ser ellos mismos productores directos independientes, o prestar sus servicios profesionales a otras personas y/o empresas. Esta distribución nacional, se repite en las regiones naturales; sin embargo destaca que en la Sierra encontramos el mayor porcentaje de trabajadores agropecuarios 78% y en la Costa el menor porcentaje 43.6%.
Tanto en la Costa 31.3% como en la Selva 27% los trabajadores agrícolas calificados representan más de la cuarta parte del total regional, lo que no ocurre en la Sierra donde sólo el 12.1% declaró pertenecer a esta categoría.
Los trabajadores pecuarios en la Costa 12.9% y en la Sierra 3.9% constituyen el tercer grupo más importante en estas regiones. El resto de ocupaciones no tienen un número considerable de trabajadores en esas actividades específicas. (Cuadro 3.9) según lugar de residencia.
La mayoría de productores agropecuarios independientes que declararon que ésta es su actividad principal, o sea el 78.6% a nivel nacional pertenecen a la categoría ocupacional de "trabajador independiente". Quienes declararon ser productores agropecuarios como actividad secundaria, constituyen el resto de los productores agropecuarios independientes estudiados en la ENAHO 98-IV. Si se observa este dato por regiones, se tiene que en la Sierra se concentra el principal grupo de productores agropecuarios independientes, el 81.2%, Porcentajes similares se encuentran en la Selva con el 78.6% y algo menos en la Costa, con el 67.8%. En las regiones donde existe la pequeña y mediana unidad agropecuaria, fue posible encontrar una mayor proporción de empleadores o patronos. Tal es el caso de la Costa y de la Selva, donde el 17.4% y el 15% respectivamente, poseen esta categoría. Por el contrario en la Sierra, donde lo predominante es la pequeña unidad agropecuaria de tipo familiar, el trabajador familiar minifundista no remunerado, es lo más común.
Por su parte, los trabajadores asalariados, obreros y empleados, a nivel nacional representan el 8.6% y en la Costa se encuentra el porcentaje más alto, el 14.8% de los cuales el 12.4% son obreros y el 2.4% empleados. Tanto en la Sierra, el 7.8% como en la Selva el 6.4% existen menores proporciones de trabajadores agropecuarios dependientes que en la Costa. (Cuadro 3.10)
En la pequeña unidad agropecuaria, generalmente la mano de obra familiar sin remuneración fija, está bastante extendida. A nivel nacional dos de tres productores agropecuarios 68.4% utilizan este tipo de fuerza laboral en su explotación agrícola y/o pecuaria.
En la Sierra, se encontró el porcentaje más alto 73.3%, le sigue la Selva 61.5% y el menor porcentaje en la Costa 56.3%.
Los productores agropecuarios que tienen trabajadores asalariados representan apenas el 14% a nivel nacional. En la Costa, uno de cada cinco trabajadores, el 20.4% utilizan trabajadores remunerados; en la Selva, el 16% y en la Sierra sólo el 12%. En este último lugar, condiciona ésta situación la escasez de tierras y la persistencia de una economía de subsistencia, que no genera excedentes, por lo que se ve limitada a contar únicamente con la fuerza de trabajo familiar. según lugar de residencia.
El productor agropecuario puede tener una o más fuentes de ingresos por su actividad como tal, dependiendo de cuán diversificada pueda ser su trabajo agropecuario. Así, una primera fuente de ingresos se deriva de su trabajo directo sobre su tierra, sea en actividades agrícolas, ganaderas o forestales o varias de ellas.
Otra fuente de ingresos del productor agropecuario independientes, proviene de su trabajo como peón en las tierras de otros. Esto es frecuente entre los pequeños productores, quienes en períodos de poco trabajo en la parcela familiar, migran temporalmente a zonas donde se demanda mano de obra para tareas agropecuarias.
El alquiler de la tierra así como el trabajo de la chacra bajo la modalidad de "al partir"20 constituyen también otra manera que tiene el productor agropecuario de generar ingresos, a partir de su recurso principal que es la tierra.
Finalmente la comercialización de productos agropecuarios, propios y/o acopiados, es otra importante fuente de ingresos de los productores agropecuarios independientes.
Sin embargo la principal fuente de ingresos, tanto a nivel nacional como regional, proviene del trabajo como productor agropecuario directo. Así, 81.6% del total de productores agropecuarios independientes del país lo manifiestan, el 84.3% en la Selva, el 82.7% en la Sierra y el 73.9% en la Costa.
Una segunda y tercera fuente de ingresos para los productores de la Costa fueron, por salario el 11.9% y por ganancias el 11.4% respectivamente. En la Sierra y Selva los productores agropecuarios recibieron ganancias por la venta de productos agropecuarios. El resto de ingresos por otras actividades fue mínimo, como se observa en el cuadro 3.11 20 Forma de trabajar la tierra donde un campesino pone la tierra y semilla y el otro, la mano de obra. Independientes, por Regiones
Los productores agropecuarios tuvieron dificultad para declarar sus ingresos, así como las ganancias obtenidas por las actividades agropecuarias que desarrollaron en los dos meses anteriores a la Encuesta.
Así sólo el 1.1% de productores informaron sobre sus ingresos, el cual fluctuaba entre 20 a 49 soles para el 32.2% y entre 50 y 99 soles para el 30.8%. Es decir que dos tercios de productores agropecuarios indepen-dientes, tuvieron como ingresos promedio menos de 100 soles, pero más de 20 soles en tal período. Las ganancias declaradas por el 2.6% de productores agropecuarios también son sumamente bajas como puede verse en el cuadro 3.12.
El 34.3% de productores agropecuarios manifestaron como ganancia neta menos de 20 soles y el 22.8% entre 20 y 50 soles. A pesar del evidente subregistro de esta información, sea porque la pregunta tal como está formulada no permite la obtención de este dato, o sea, por la desconfianza o temor que tiene el campesino a que ellos sean utilizados indebidamente para perjudicarlos con temas como el cobros de impuestos por ejemplo, o porque los productores, especialmente los pequeños productores, no saben estimar sus ingresos y ganancias, dado que viven en una economía de subsistencia y su participación en la economía de mercado es mínima, esta información es reveladora.
Ella está indicando que, se debe por un lado, mejorar el instrumento de recolección de datos, adecuarlo a la realidad del productor agropecuario y por otro, que no se debe pensar en ingresos mensuales para una actividad que se mide principalmente por "campañas" que pueden ser trimestrales, semestrales o anuales, dependiente del producto explotado, entre otros aspectos.
Netas en los 2 meses anteriores a la Encuesta.
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