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Un escenario sin remesas ni transferencias públicas
Llevamos a cabo otro ejercicio donde calculamos el valor del índice de Gini en cada país excluyendo ciertas
categorías de ingreso para verificar su contribución a los cambios en la desigualdad .
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Según el “Migration and Development Brief” del Banco Mundial (Banco Mundial/KNOMAD, 2021), las remesas
a América Latina y el Caribe disminuyeron durante el segundo trimestre de 2020 pero se recuperaron en el
tercer y cuarto trimestres. En general, demostraron ser resilientes en 2020, dado que los flujos oficialmente
registrados llegaron a casi USD 103 000 millones en 2020 (un aumento del 6,5% en comparación con 2019) y
fueron aún más resilientes que en otras regiones del mundo. Dado que la mayoría de las remesas provienen
de emigrantes que viven en Estados Unidos , su dinámica estaba muy vinculada a las circunstancias en ese
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país, dado que numerosos migrantes que viven en Estados Unidos eran elegibles para recibir los cheques de
estímulo económico proporcionados por el gobierno.
La literatura ha observado generalmente que las remesas reducen la pobreza (Adams y Page, 2005; López-
Córdoba2005; Acosta, Calderón, Fajnzylber y Lopez, 2006; Lokshin, BontchOsmolovski y Glinskaya, 2010; Adams
y Cuecuecha, 2013), pero que los efectos en la desigualdad son diversos, dado que dependen de qué parte de
la distribución del ingreso provienen los migrantes y si las remesas benefician a los hogares más pobres o más
ricos (Beaton et al., 2017) . Nuestros resultados indican que si los hogares no hubiesen recibido remesas de
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otras partes ya sea dentro o fuera del país, los cambios en la desigualdad habrían sido similares (Gráfico N° 6).
Esto sugiere que el flujo de remesas benefició a ambas colas de la distribución del ingreso de los hogares en
una medida similar.
En cambio, la ausencia de transferencias públicas de las ayudas sociales
y programas habría tenido efectos importantes, según nuestras
simulaciones. Como se subraya en un informe reciente de la OCDE
(2020), la mayoría de los gobiernos en la región reaccionaron con
rapidez y decisivamente como respuesta a la pandemia. Los países
aplicaron medidas de apoyo económico, centrándose particularmente
en los más vulnerables, para asegurar que el cumplimiento de las
restricciones de contención fuera viable para las personas de ingresos
más bajos y para los que no podían trabajar desde casa. Las medidas
fiscales adoptadas a menudo incluían ampliaciones de los programas
de transferencias monetarias y en especie existentes y generaron
transferencias adicionales para quienes no estaban contemplados
en los programas existentes. El tamaño del paquete de alivio fiscal
promedio en la región fue del 8,5% del PIB, si bien dos terceras
partes de los países implementaron paquetes más modestos que
equivalían a aproximadamente el 3% del PIB. Como referencia, el
tamaño del apoyo de las economías avanzadas llegó al 19% del PIB
(Cavallo y Powell, 2021).
Según nuestras simulaciones, la desigualdad en 2020 habría sido
considerablemente mayor en Argentina, Costa Rica, Ecuador y Perú,
y ligeramente mayor en Paraguay y Chile si los hogares no hubieran
recibido esta fuente de ingreso. En Bolivia, Colombia y México, la
desigualdad en 2020 habría sido menor.
18 Se trata de una estimación simple que no tiene en cuenta los efectos colaterales ni los cambios comportamentales que pueden
producirse si los hogares experimentan cambios en sus fuentes de ingreso según lo simulado.
19 Para El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica y México, el 95% de las remesas provienen de migrantes que viven en Estados
Unidos (Banco Mundial/KNOMAD, 2021).
20 Ver, por ejemplo, Adams (2006), Adams, Cuecuecha y Page (2008), Acosta et al. (2008), Möllers y Meyer (2014), Margolis et al. (2013).
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