IV. LA RELACION ENTRE LA EXPERIENCIA EDUCATIVA EL
AÑO ANTERIOR Y LA CONTINUACIÓN DE ESTUDIOS

Una de los aspectos menos conocidos del proceso educativo es el referente a la continuidad de estudios. Las tasas de escolarización miden la cobertura sólo en un momento dado, pero no son indicativas de la continuidad de estudios. Esta se puede apreciar sólo mediante el seguimiento por un período dado. La ENAHO 98-II permite un acercamiento a este aspecto al haberse incluido la pregunta sobre estudios el año anterior de la encuesta, es decir el año 1997, consiguientemente se tiene información para dos años continuos 1997 y 1998. La información se presenta para los cuatro tramos de edad considerados anteriormente. De los de 3 a 5 años no se encontraban estudiando el año anterior el 66.1%, igualmente no se encontraba estudiando el 7.9% del tramo de 6 a 10 años, y el 7.6% de los de 11 a 16 años, la cifra para el grupo de 17 a 25 años es de 64.6%. Los valores extremos corresponden a los tramos de edad de menor y mayor edad, puede interpretarse que en el primer caso es porque aún no han ingresado en el sistema educativo, mientras que en el segundo caso es porque dejaron de estudiar.

En el cuadro Nº 10 se presentan las tasas de escolarización según si asistieron o no en el año anterior. Se encuentra en primer lugar que en todos los casos los que si asistieron el año anterior (1997) acceden en mucho mayor medida a la escuela en el año siguiente (1998). Pero de los que no asistieron el año anterior las diferencias por tramos de edad son ilustrativas. En el tramo de menor edad (3 a 5 años) el 44.9% si se encuentra asistiendo a la escuela en 1998. Casi las tres cuartas partes de los que no estudiaron en 1997 de 6 a 10 años se encuentran estudiando en 1998, ello puede ser tanto por aquellos que se encuentran estudiando por primera vez, incluyendo aquellos que se inician con desfase respecto a la edad normativa, es decir en edades superiores a los 7 años, como aquellos que son reentrantes del sistema. Para los grupos de más edad el % de los que se encuentran estudiando sin haber estudiado el año anterior, son significativamente menores, y además con notables diferencias respecto a los que si estudiaron el año anterior del mismo grupo de edad. As¡ se tiene que en el tramo de 17 a 25 años, mientras se encuentran estudiando el 69.6% de los que si estudiaron el año anterior, sólo lo hace el 7.1% de los que no estudiaron el año anterior, es decir básicamente reentrantes. De otra parte no se encuentran mayores diferencias en las desagregaciones por género.

Dado que en este grupo de edad se encuentran alumnos que estudian en educación secundaria y educación superior, esta información contribuye al planteamiento que la demanda por educación se genera a si misma, es decir que si se llega a un nivel educativo en un momento dado, lo más probable es que se tienda a continuar en el nivel superior en el siguiente año, y que cuando se interrumpe. los estudios, llegada cierta edad, es poco probable el reingreso al sistema educativo.

La no asistencia a la escuela puede producirse en diferentes situaciones. Es de suponer que aquellos que no asisten a la escuela en un momento dado pero no se encuentran muy desfasados respecto al nivel educativo que dado su edad sería esperable que tuvieran, tienen una mayor disposición a recontinuar sus estudios el año siguiente. Por ejemplo un joven de 15 años, cuyo nivel educativo es de tercer año de secundaria, es decir aproximadamente el que debe tener de acuerdo a su edad, tendría más posibilidades de continuar sus estudios el año siguiente que un joven de la misma edad con sólo cuarto año de primaria. Esta relación puede ser explorada con la información del cuadro Nº 12, en el que se ha restringido el acceso a la educación formal a los niveles de educación primaria y secundaria, para permitir apreciaciones más directas.