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|                           RESUMEN EJECUTIVO                            |
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1.   Dentro de los límites establecidos por los factores fisiológicos, los 
     determinantes  últimos  de   los  niveles  de  fecundidad  y  de  sus 
     variaciones  en  las  diferentes  sociedades,  Están  dados  por  una 
     multiplicidad  de  factores  económicos,  sociales y culturales.  Por 
     ello,  la  fecundidad humana  como proceso  complejo responsable  del 
     mantenimiento  biológico  de  la  sociedad,   constituye  un  aspecto 
     esencial en los estudios Demográficos.

2.   La presente  investigación tiene por finalidad estimar y analizar los 
     cambios y diferenciales tanto en el nivel como en la estructura de la 
     fecundidad,  y asociarlos a  las características  socio-económicas de 
     las  mujeres  en edad  reproductiva en  cada una  de  las  divisiones 
     político-administrativas  y  contextos  socio-geográficos  del  país.

3.   En  el Perú nacen  en promedio  612,637  niños  cada año,  lo que  en 
     términos de tasa  global de  fecundidad equivale a un promedio de 3.4 
     hijos por mujer, al final de su período reproductivo (49 años) y 27.8 
     nacimientos por  cada  mil habitantes,  estos niveles comparados  con 
     otros países vecinos como Chile  (2.5),  Argentina (2.9),  etc.,  nos 
     ubica entre  los países  que aun  tienen  problemas  en  su  dinámica 
     demogr fica.

4.   Hasta la década del 70 el nivel de la  fecundidad en el país superaba 
     los 6 hijos  por mujer,  tasa considerada  excesivamente alta.  Entre 
     1972 y 1981 se aprecia un lento descenso del orden de 17.7 % al bajar 
     el mencionado indicador de 6.2 a 5.1 hijos por mujer, respectivamente. 
     En 1993, dicha tasa fue de 3.4 hijos, estim ndose para el año 2000 un 
     promedio de 2.8 hijos por mujer.

5.   Se ha observado una evidente  relación entre el nivel de fecundidad y 
     el grado de desarrollo económico y social de las divisiones político-
     administrativas,  regiones y áreas de  residencia en el país.  En las 
     regiones  relativamente menos  desarrolladas la fecundidad es,  dos o 
     tres veces mayor que en las más desarrolladas.

6.   En los últimos 30 años,  la diferencia  en el nivel  de fecundidad de 
     los contextos sociales con diferente grado de desarrollo,  ha variado 
     a través del tiempo.  En 1961 la fecundidad en el área urbana y rural 
     fue de  5.9  y  7.3  hijos respectivamente,  las mujeres de la ciudad 
     tenían  1.4  hijos menos  que las del campo,  lo que  significaba una 
     diferencia del  23.7 %.  posteriormente  ésta se fue  ampliando mucho 
     más, lo cual estaría explicado por la postergación del área rural, en 
     relativo beneficio del área urbana;  en el año 1972 dicha  diferencia 
     pasó al  43 %  (5.3 y 7.6).  En  1981  llegó al  71 %  (4.2  y  7.2), 
     finalmente en  1993  dicho margen  de  diferencia se incrementó  a un 
     100 %, cuando la tasa de fecundidad en el área urbana descendió a 2.8 
     hijos y en el rural a sólo  5.6 hijos por mujer.

7.   Los cambios en el nivel de fecundidad, también han sido diferenciados 
     entre   las   regiones  geográficas.   La  región  relativamente  más 
     desarrollada, es la que presenta los niveles más bajos de fecundidad, 
     tal es el caso de Lima  Metropolitana y el resto de la Costa,  que al 
     finalizar la década del 80  presentaban un nivel de fecundidad de 3.4 
     y 5.0 hijos,  mientras  tanto la  Sierra  y  Selva  permanecía con un 
     promedio de  6 hijos.  Para esta  última década,  los  descensos  más 
     significativos aparecen en Lima Metropolitana, que llega a 2.2 hijos, 
     casi al nivel de reemplazo y en el Resto de la Costa 3.1 hijos. En la 
     Sierra  y  Selva  se  aprecia un  relativo descenso,  al  bajar  a un 
     promedio de 4.5 y 4.7 hijos por mujer, respectivamente.      

8.   La  fecundidad  por departamentos,  visto  sólo  entre  1961  y 1993, 
     presnta también marcadas diferencias, tanto en los niveles como en su 
     tendencia.  En todos los departamentos ubicados en la región  Sierra, 
     la fecundidad  permaneció en un promedio de 7 hijos hasta los inicios 
     de la  década del 80,  logr ndose en los últimos 13 años un  descenso 
     significativo,   aunque  algunos,   como  Huancavelíca   y   Apurímac 
     descendieron  sólo  en un  14  y  20 %,  por  lo  que  sus niveles de 
     fecundidad  de  estos  departamentos  juntos  a  los  de  Ayacucho  y 
     Cajamarca  Están  considerados como  muy altos,  al permanecer  en un 
     nivel superior a 5 hijos por mujer al año 1993.  Mientras tanto,  los 
     departamentos de la Costa,  como Ica,  Lambayeque, Moquegua,  Tacna y 
     Tumbes,  experimentaron  un  descenso  mucho  más  significativo,  de 
     aproximadamente el 60 %, donde la fecundidad actual fluctúa entre 2.3 
     y 3.3 hijos.  En los departamentos de la Selva como Amazonas, Loreto, 
     Madre de Dios y Ucayali,  la fecundidad permanece a niveles  altos de 
     alrededor de 4 a 5 hijos por mujer.

9.   Los niveles  de fecundidad  por provincias al año 1993,  muestran con 
     mayor detalle las marcadas diferencias entre las divisiones político-
     administrativas  intermedias,   en  especial,   si  observamos  estas 
     diferencias de acuerdo  a la ubicación geogr fica.  Así, en la región 
     Sierra y Selva se encuentran 53 provincias con  niveles de fecundidad 
     entre 4 y 5 hijos,  calificados como de un nivel ALTO de  fecundidad, 
     como también 81 provincias más,  calificados con un nivel MUY ALTO de 
     fecundidad al presentar promedios entre  5 y 8 hijos por mujer.  Solo 
     21 provincias,  ubicadas  en  la  Costa  y  que presentan un relativo 
     desarrollo,  se encuentran con niveles más bajos de fecundidad (menos 
     de 3 hijos por mujer),  como Ilo,  Tacna,  Arequipa,  Ica,  Barranca, 
     Santa, Talara, etc.    

10.  Existe una clara  relación inversa  entre el nivel  de educación y el 
     promedio  de  hijos  por  mujer.  Entre las  mujeres  que  no  tienen 
     educación  y  las  que  tienen  algún  año  de  primaria  existe  una 
     diferencia de 1 hijo menos  y  entre las que tienen sólo algún año de
     primaria y superior universitaria 3.3 hijos menos.

11.  El nivel o los  años de estudios  aprobados  por  las  mujeres  Están 
     asociados  a  cambios en la  estructura  de  la  fecundidad por edad. 
     Cuando  el  nivel o los  años  aprobados son bajos  (3 a 4 años),  la 
     fecundidad es alta a lo largo de toda la  vida fértil de las mujeres,
     con mayor concentración  en  el grupo de  20 a 24 años.  A medida que 
     aumenta la educación,  la fecundidad  se va reduciendo  en las edades
     mayores de 25 años de edad, como también en las más jóvenes.  De este 
     modo, en las mujeres con 12 años y más de educación, la fecundidad es 
     tardía y su máximo nivel se concentra en el grupo de 25 - 29 años.

12.  El mayor  número de años de estudios  aprobados por las mujeres es un 
     indicador  negativo para  el promedio  de hijos  por mujer,  pero los 
     mayores logros  de una familia  con menos hijos,  se registran recién 
     al pasar los 10  años de educación,  porque en las mujeres que tienen 
     sólo  6 años de estudios,  el promedio  de hijos es de 4.3,  mientras 
     tanto en  las  mujeres que  tienen  10 o 14  años de estudios,  dicho 
     promedio es de 2.8 y 1.8 hijos respectivamente.

13.  Determinadas características de los contextos atenúan el efecto de la 
     educación  endisminuir  el  nivel  de  fecundidad,  así dentro de las  
     regiones  menos  desarrolladas como  la  Sierra y Selva,  mujeres que 
     tienen los mismos niveles  de educación que las de Lima Metropolitana 
     y Resto  de  Costa presentan  tasas  de  fecundidad  mucho más altas.      

14.  La mayor  inserción  de la mujer  en el mercado  laboral  favorece la 
     constitución de una  familia con menor número de hijos.  La condición
     laboral de las mujeres es otra variable que influye sobre los niveles 
     de fecundidad,  pero es  necesario tener  en cuenta que  la situación 
     laboral  está relacionada  con el lugar de  residencia y el  nivel de 
     educación. De esta manera las mujeres que sí trabajan, sin distinguir
     la categoría  de  ocupación ni  la ocupación  principal,  pero que sí 
     tienen educación secundaria, tienen en promedio 1.6  hijos por mujer,
     diferenci ndose en  1.5  hijos menos que las que no trabajan teniendo 
     el mismo nivel de educación,  y 4 hijos menos que las que no trabajan 
     y no tienen ningún nivel o sólo algún año de primaria. 

15.  En los  últimos años,  el nivel  de fecundidad  muestra  una relación 
     inversa según el estrato  social al que pertenece.  Los grupos de los 
     estratos altos presentan niveles de fecundidad bajos,  mientras tanto 
     los del  estrato  bajo niveles  muy altos.  Así,  en el  estrato bajo 
     agrícola la tasa de  fecundidad es de 6.0 hijos,  mientras que en  el 
     estrato bajo no agrícola es 3.1 hijos y en el estrato medio alto  2.4 
     hijos,  como se observa la  diferencia entre el estrato bajo agrícola 
     y el medio alto es de  3.6 hijos por mujer.  Al interior  de cada una 
     de las regiones  las diferencias son mayores,  como en la  sierra las 
     mujeres del  estrato bajo no  agrícola tienen en  promedio 4.6 hijos, 
     mientras tanto  en  Lima Metropolitana y el  Resto de la Costa tienen  
     2.4 y 2.9 hijos por mujer respectivamente.

16.  Apoyado  en  Métodos  estadísticos,  como  el  Análisis  de regresión 
     múltiple,  se demostró la asociación directa de la fecundidad con las 
     variables socio-económicas,  se desarrolló  todo un ejercicio con  la 
     intervención  de  algunas  variables  como:  características  de  las
     viviendas,  servicios de agua,  desage,  electricidad,  material  de 
     piso; otras como: analfabetismo, educación, área de residencia urbana 
     y mortalidad infantil.  La conclusión de dicho ejercicio fue,  que la 
     mortalidad infantil  seguido por la  educación son las  variables con 
     mayor  importancia  relativa,  donde  ambas  explican en un  98.5  la 
     variación de la fecundidad.